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Comenzamos septiembre con una celebración muy especial de la mano de uno de nuestros residentes, Rafael Castillo Romero, festejando sus 100 cumpleaños. Todo un siglo de vivencias, sabiduría y lecciones de vida, que hacen de Rafael un hombre humilde y luchador.

Rafael nació en Alhendín el día 8 de septiembre de 1939, junto a sus padres y sus tres hermanos se encargaba de las labores del campo, recogida de aceituna, remolacha y sobre todo, se dedicaba a vender leche de las cabras a sus vecinos. Rafael atravesó unos años difíciles debido al contexto social y político que en esos momentos atravesaba España, participó en la guerra civil a la que el recuerda con un sabor amargo y doloroso. Años más tarde, conoce a la que fue su mujer y madre de sus hijas. Nuestro residente Rafael pasó a formar parte de los conductores de tranvía, que realizaba rutas por la ciudad y diferentes pueblos granadinos: Dúrcal, Pinos, Fuente Vaqueros o La Zubia.

Tal y como merece la ocasión los profesionales junto con la colaboración de la familia organizaron una fiesta en honor a Rafael, donde se hizo la entrega de un detalle por parte de Claret y se leyó su propia historia de vida. También destacar que el propio Ayuntamiento de Granada quiso unirse a dicha celebración, con quien obsequio a Rafael con una carta muy emotiva firmada por el propio alcalde y varios detalles como discos musicales, libros, etc.

De parte del equipo Claret Granada queremos dedicarle a Rafael estas palabras… a nuestro tranviario, a nuestro conductor y guía.

“La vida es como un viaje en tren, con sus estaciones, sus cambios de vías, sus accidentes… al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, creemos que viajarán siempre a nuestro lado pero en alguna estación ellos se bajarán, dejándonos solos en el viaje, de la misma forma se subirán otras personas que serán significativas para nosotros, nuestros hermanos, amigos, hijos y hasta el amor de nuestra vida. Muchos bajarán del tren y dejarán un vacío permanente, otros pasarán tan desapercibidos que ni nos daremos cuenta que dejaron sus asientos.

Este viaje estará lleno de alegrías, tristezas, fantasías, esperas y despedidas, pero, el éxito del viaje consiste en tener una buena relación con todos los pasajeros y en dar lo mejor de nosotros.

El gran misterio para todos es, que no sabemos en qué estación nos bajaremos, por eso debemos vivir de la mejor manera, amar, perdonar y ofrecer lo mejor de nosotros… y así cuando llegue el momento de dejar el tren y dejar que nuestro asiento quede vacío dejaremos bonitos recuerdos a los que continúen viajando en este tren de la vida”.

¡¡Felices 100 años!! Sin duda formas parte de un pasajero que no pasa, ni pasará desapercibido en nuestras vidas… FELIZ VIAJE EN TREN RAFAEL.