La caligrafía ayuda a fijar las ideas y aquellas personas que están acostumbradas a escribir todo en un papel (ya sea agenda, cuaderno, folio, etc.) recuerdan mucho mejor los conceptos incluso una semana después. Para los mayores es un taller recurrente ya que potencia la memoria, así como acciones más físicas: potencia la musculatura, la flexibilidad en articulaciones de mano, muñeca, dedos...
Escribir las ideas más importantes en papel provoca que nuestro cerebro haga una selección y para eso estamos haciendo un esfuerzo, sin darnos cuenta, por retener lo más destacado. Son ejercicios muy prácticos por todos los beneficios que conllevan.
Los movimientos que utilizamos al trazar las letras hacen que nuestro cerebro se ponga en marcha y cree una conexión entre lo que se escribe y lo que se lee. Tanto la lectura como la escritura son dos maravillosos ejercicios muy recomendados por los médicos y especialistas para evitar el deterioro cognitivo en los adultos mayores.